Estoy corrigiendo "La magia". Qué invento mágico que es la goma de borrar!. Todo desaparece!
Parafraseando a Flor Sgandurra y su hermosísima pieza para flauta y percusión, estoy escribiendo con la mano lo que borro con el codo (incómodo!).
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Estoy corrigiendo "La magia". Qué invento mágico que es la goma de borrar!. Todo desaparece!
Parafraseando a Flor Sgandurra y su hermosísima pieza para flauta y percusión, estoy escribiendo con la mano lo que borro con el codo (incómodo!).
Me compré una agendita en el ferrocarril Roca (5 pesos!), volviendo de Capital a Temperley, y comencé mi tratado de orquestación, por riguroso orden alfabético (algún orden arbitrario hacía falta). Los objetos del tratado son por lo general sonoros, aunque algunos, como linternas, molinillos de viento, no lo son. A todos ellos, sonoros o no, los considero musicales. Se aceptan propuestas!
Estoy re-escribiendo "La magia", para percusión y arpa. Es una sección de mi ópera “La hija de la hechicera…” que puede ser tocada independientemente. Hay una dramaturgia en la pieza, eso es claro, pero no se sabe cuál es. Es como entrar al cine (o a los acontecimientos) en la mitad de la película.
“Gespleten piano” es un pequeño poema escénico de 30 minutos con tres veladores, dos escobas (elemento arbitrario), dos reproductores de casette (encontré cosas alucinantes en los mercados de Holanda!) ; también hay en la pieza un espejo colgado reflejando el teclado; el espejo no funcionó muy bien, ya que es muy difícil plantear desde la audiencia un punto de vista único para un espejo pequeño en un un teatro con una boca ancha… tema a estudiar.
Esta experiencia me anima a escribir algo más largo. Obras más “self-contained” que puedan funcionar como obra única de programa, una obra independiente de música -teatro. Ya vendrá el tema de cómo pensar la manera de programar algo así.
Creo que la escena en Gespleten piano, funcionó muy bien ( Y toda la escenografía, a excepción del piano- entra en una valija!). Tengo con respecto a este trabajo, más preguntas con respecto a la música que con respecto al drama. Mi pasado teatral me está dando bastante satisfacciones. Pero el tema es siempre cómo sostener estos discursos desde la problemática músical. Me pregunto por ejemplo qué significa un espejo reflejando los movimientos del pianista en relación a la construcción de la música(pregunta que dispara muchas fantasías flamenco-renacentistas); como se sostiene la duplicación de materiales sonoros (sobregarbación- ecos, duplicaciones de fragmentos) desde un punto de vista constructivo musical, etc. En definitiva, cómo se hace para articular esta gramática auditivo-visual de una manera orgánica.
Creo que estas problematicas no hay que no hay que intelectualizarlas demasiado e irlas resolviendo con sucesivas obras, pensandolas más "en acto".
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Una caminante (en esta oportunidad yo!) recorre las itinerarios en semi-penumbras, deteniéndose y alumbrando los puntos claves de las trayectorias con una linterna, única iluminación de la obra. En la performance, los mapas se van dibujando en un “papel” liso que es la oscuridad. Salen de la nada gracias a la luz y vuelven a desaparecer también a la velocidad de la luz, o mejor dicho, a la velocidad de la linterna. Estos mapas son presente puro, ya que las trayectorias, engullidas por lo negro, desaparecen del espacio visual inmediatamente. No tengo la perspectiva del afuera de la pieza, pero fue una experiencia lindísima hacerla.
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Otro trabajo que ví en estos días, es la muestra “Unrealized objects” del artista alemán Gunnar Friel quien estaba en residencia en la fundación ACA, organizadores también de nuestro concierto. El trabajo de Gunnar tiene relación con el trabajo de Gabriel sólo en mi cabeza, además de coincidir en el mapa del lugar donde estabamos, es decir el Festival de Música contemporánea de Palma de Mallorca.
"El ser humano tiende a darle sentido a la experiencia mediante la continuidad; lo que sucede se explica por lo que sucedió antes." dice César Aira en Cómo me hice monja
“Unrealized objects” es el título de la muestra que reune varios trabajos en distintos formatos. Uno de ellos es un video basado en un video game, donde el participante en lugar de seguir las reglas del juego, se va para los bordes y el afuera del juego.
Se trata de un juego bélico, tridimensional, lleno de tiros y sonidos de metralletas y con un participante que va caminando con sus botas de guerra, pisando pesadamente la hojarasca y alejándose paso a paso de las reglas del juego. A medida que se aleja de las reglas del juego, lo que se puede ver se vuelve cada vez más interesante: paisajes cortados, árboles que comienzan a flotar en un horizonte de unos y ceros, vacas muertas tridimensionales que vistas desde atrás son maquetas planas… escenografías olvidadas, agujeros, fisuras en la tierra… como si la hiperlógica del programa se tomara un descanso y por los descansos del juego se colara un sentido a medio cocer.
Recuerdo de chica que cuando iba a San Clemente del Tuyu en carpa con mi familia, jugaba fichitas en los video juegos que había en los lugares típicos de verano. Mi preferido era uno de carrera de coches, y lo que mas me gustaba era irme a pasear con el autito por fuera de la ruta. Las opciones de paisaje de los juegos de aquella época no eran muy variadas: prados con florcitas dibujadas y con mucha suerte un tronquito tirado. El desafío de mi propio juego, era que había que pagar cada ficha (no existían los juegos de computadora), y jugando fuera de la ruta, no se acumulaban puntos por lo que se perdía rapídismo. La estrategia era ver cuan rápido se podía permanecer en el afuera antes de volver dolorosamente a poner otra ficha.
Es lindo pensar en los bordes de los mapas. El borde dibujado hacia fuera. En la antigüedad ese borde era un elefante sosteniendo la tierra, o una catarata de agua que finalizaba con el mundo y arrojaba al barquito del viajero arriesgado a los confines de la tierra al mismo espacio exterior.
En los video juegos, los bordes están dados por los cracks del diseño, en la obra de Gabriel, la oscuridad como afuera infinito del mapa delimitada por el recorrido de la luz. El afuera de las cosas es el afuera de su lógica. El mapa, un pedazo de algo delimitado, estampado, fijo, partiturizado, apresado. Ahora, recién llegada a Buenos Aires para una estadia de dos meses, voy a ver como me va en el reverso de este mapa del mundo conocidísimo.