
La elección de ser artista coloca a las personas en una franja social bastante extraña, difícil de encasillar. Cuando uno está fuera de su país, sola como es mi caso, todas las redes de contención se vuelven hacia una misma y la dinámica de las seguridades cambia radicalmente. Cambia por estar una más desprotegida, sin familia, idioma, con menos recursos y cambia también porque en Europa, si bien ser inmigrante es más difícil comparado con los europeos, la vida cotidiana es mucho más fácil por ser éste el primer mundo.
Más allá del tema de la "inmigrancia", creo que ser artista es una cosa muy rara en relación al tejido social al que uno pertenece en Europa o en cualquier otro lugar. Uno necesariamente se va deslizando por los estratos sociales constantemente, cuando gente que tiene otras profesiones mas estables se encuentra de alguna manera congelada en la misma franja toda la vida.
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Con el show de las linternas mágicas nos vamos de gira a Japón a comienzos de Abril. Los gastos de la gira están cubiertos, pero los honorarios no (supuestamente iban a estar cubiertos y sobre la fecha los sponsors se cayeron, bien al estilo “cosa nostra”). En resumen, voy a estar de gira por la isla, trabajando continuamente, transportando pantalla, linternas mágicas, instrumentos y bártulos, sin perder pero sin ganar un yen.
Estoy contenta de ir a Japón pero emboladísima también por estas vacaciones forzadas, ya que tengo gastos fijos que cubrir y un ritmo agitado y exigente para mantener toda la maquinaria de mi vida, yoga, laburo y los encargos que me están golpeando la puerta. Además en el bar donde trabajo hay recesión.
En síntesis: menos trabajo, cero cachet y dando vueltas en el tren bala…
Decidí trabajar de repartidora de periódicos por un mes y medio para cubrir el bache. Es una cosa extraña estar haciendo este trabajo para financiar vacaciones en Japón (el chabón de la oficina de periódicos que me contrató estaba encantado con la historia y sonreía divertido. Más le divertía el hecho de saber que había estudiado en el Conservatorio de Ámsterdam - además esta escena hay que subtitularla en holandés).
Desde la mentalidad del cono sur, toda la situación es medio delirante. Y desde la mentalidad del cono norte la verdad es que no tengo parámatero - y ese no saber es una de las ventajas de vivir afuera!.
Hasta el momento me encontré en esta vida "free lance" europea en situaciones sociales muy contrastantes. De estar trabajando de baby sitter, repartiendo periódicos o telefonista en un call center (cosas que jamás en la vida hice en Argentina), a pasar a estar 4 meses panza arriba en la Costa Azul viviendo en un palacio y sólo componiendo y disfrutando de residencias y privilegios. De estar contando las monedas de la propina, a estar negociando un montón de dinero por escribir una obra. Es todo muy elástico.
Baudelaire decía que los artistas son los que comen con los mendigos a la mañana y con el rey a la noche. Yo creo que hay algo de eso. El arte, si bien un fenómeno burgués, es una vocación que permite ir atravesando las clases y los compartimentos fijos de los que se forma la trama social, aunque terminemos escribiendo música rara y en definitiva elitista.
Mi nueva rutina es repartir los diarios en una bici a las 4 de la mañana en el Centro de Ámsterdam y en otra zona de la ciudad cerca del puerto. Es un recorrido muy muy bonito, en una zona llena de barcos y de edificios antiquísimos. No vendo cerillas pero diarios en el Barrio Rojo si quiero hacer una ópera de mi vida.
Hablando de barrio rojo, yo tengo mi corazón comunista y el tema de las clases sociales siempre ha sido un tema muy sensible para mí, sobre todo el contacto con las clases más marginales. Me parece que es gente que tiene tantas limitaciones que en algún punto se vuelven en libertades. No hablo con casi nadie en mi trabajo de diariera ni pretendo representar a nadie con este discurso de niña malcriada, pero este ejercicio de canillita me convierte en proletaria por unas horas.
Es diferente el que se levanta a las 4 (ó se queda en vela componiendo como muá), que el que se levanta a las 7. Otra categoría social es amanecer a las 9 y otra claramente diferente a las 12.
Es como si la misma ciudad estableciera sus mecanismos de distribución social. Para viajar a otra realidad no hace falta irse a Japón sino levantarse un poco antes o meterse en el pliegue de un trabajo poco calificado donde a nadie le importa los libros que una leyó.
Voy con mi ipod ecléctico en la noche sintiendo que la música y la imagen de la ciudad me sitúan inmediatamente en una película donde yo soy la protagonista. Que fáciles y efectivos son los efectos sonoros! Recorrer la ciudad con el ipod ya musicaliza el video de Amsterdam.
Ayer escuchaba Pinups de David Bowie, y la vida se me antojaba energética, creativa y llena de posibilidades. La chica de Temperley que existe en mi corazón pensaba: estoy en la hermosa Ámsterdam, que largo camino has recorrido Virginia Slims! Es que a veces la vida es muy linda de maneras inesperadas!